• ¿Quiénes somos?

    PAZIEMPRE es una organización sin ánimo de lucro encaminada a la construcción de la paz territorial, potenciando el protagonismo y la incidencia de las organizaciones sociales...

  • Historia

    PAZIEMPRE hunde sus raíces en la movilización campesina, indígena y popular que marcó el Tolima desde el 2007. La prominencia adquirida por los actores sociales de la ruralidad...

  • Líneas de trabajo

    PAZIEMPRE prioriza su trabajo alrededor de unas líneas de acción enfocadas en la construcción de la paz desde los territorios.

  • ¿Cómo lo hacemos?

    La investigación, las consultorías, el diseño e implementación de proyectos son algunas formas de aportar en la construcción de la paz territorial.

Alfonso Cano, arquitecto de la paz

La Corporación Ciudadanías para la Paz y la Reconciliación –PAZIEMPRE– pone a disposición el libro Alfonso Cano, arquitecto de la Paz, el cual recoge una parte de la producción discursiva del máximo comandante de las FARC-EP entre 2008 y 2011. Los artículos, saludos y alocuciones recopilados ofrecen una aproximación a las principales preocupaciones de quien fue conocido, antes de ingresar a la guerrilla, como Guillermo León Sáenz Vargas. Cada parte constituye un eslabón de una cadena, cuyo encabalgamiento hila varias reflexiones sobre las causas del conflicto armado colombiano, su salida y el tipo de gobierno y Estado que ameritan su superación. Esto en relación estrecha con una aspiración recurrente: la paz.

Alfonso Cano, arquitecto de la Paz es un esfuerzo por volver a pensar una batalla necesaria: la erradicación efectiva de las causas originarias de la conflictividad social, política y armada en Colombia. En la óptica de Cano, su superación es una condición sine qua non para edificar la paz, que no depende exclusivamente de un diálogo y un acuerdo conducente al silenciamiento de los fusiles. En el centro está la modificación sustancial –no parcial– de los factores desencadenantes de los alzamientos armados. Por esto, y antes de cualquier transición de la insurgencia a la vida política legal, está en juego el diseño y puesta en marcha de caminos, mecanismos y medidas contundentes y conducentes a allanar la paz. Esto, en la lógica del guerrillero, es la justicia social.

Por lo pronto, amable lector, dejamos en sus manos las palabras de apertura de Alberto Pinzón Sánchez sobre el presente libro, el cual constituye el prólogo; como también, unos comentarios preliminares bajo el título «La paz, un proyecto político para Alfonso Cano». Esperamos, con este aporte, enriquecer la batalla de ideas frente a un tema aún actual y necesario en la lucha por una Colombia nueva.

Voluntarios PAZIEMPRE. Convocatoria 001

“Voluntarios PAZIEMPRE” es un programa de la Corporación PAZIEMPRE. Su objetivo es promover la acción voluntaria alrededor de las líneas de trabajo de la corporación, las cuales están en sintonía con su objeto social y sus fines específicos.

Una de estas líneas guarda relación con el fortalecimiento de los liderazgos y las colectividades con arraigo territorial. Sus acciones planificadas, sistemáticas y metódicas son una garantía en la edificación de la paz, la justicia social y la dignidad. Por lo tanto, la cualificación de los esfuerzos individuales y colectivos una necesidad perentoria.

En este sentido, la corporación convoca a la acción voluntaria en miras de contribuir al fortalecimiento organizacional de dos (2) colectividades de la ciudad de Ibagué: Casa Dulima y la Asociación Vida Digna y Solidaria (ASVIDAS). Esto en el marco del desarrollo de un proyecto de reapropiación simbólica de lugares para las víctimas del conflicto armado, en el cual la acción voluntaria está pensada para aportar como coayudante y garante de la cualificación de los liderazgos involucrados.

Información general sobre la convocatoria

Objetivo: Contribuir al desarrollo de un proyecto de reapropiación simbólica de lugares para las víctimas del conflicto armado formulado por Casa Dulima y ASVIDAS, acompañando y coayudando la ejecución de su plan de acción, con el fin de cualificar la acción colectiva, el trabajo colaborativo y la responsabilidad individual de las y los integrantes de las organizaciones responsables del proyecto.

Lugar de ejecución: Ibagué-Tolima.

Beneficiarios: Casa Dulima, Asociación Vida Digna y Solidaria (ASVIDAS) y comunidad de la vereda La Martinica, sector Colinas del Mirador, de Ibagué-Tolima.

Duración: dos (2) meses a partir de la fecha de inicio del proyecto, durante los cuales los o las voluntarias intervendrán en fases diferentes.

Voluntarios/as requeridos/as: un/a (1) mediador/a comunitario/a, un/a (1) gestor/a cultural y un/a (1) auxiliar.

Perfil del voluntario/a

Formación: No aplica (N/A).

Experiencia: seis (6) meses de trabajo certificado con una colectividad constituida hace más de un (1) año.

Habilidades y competencias requeridas: dominio del signo lingüístico, escucha activa, alocución coherente, escritura con sentido, rigor y orden propio.

Tareas a realizar por el voluntario/a

Tiempo semanal de dedicación a la actividad: diez (10) horas.

Tareas del voluntario/a:

Mediador/a comunitario/aGestor/a culturalAuxiliar
Facilitar el vínculo con la comunidadElaborar una dramaturgia a partir de experiencia de vidaCoordinar los registros de asistencia
Convocar los encuentros comunitariosPreparar la puesta en escena de la dramaturgiaRegistrar los encuentros en formato fotográfico y de video
Acompañar talleresCoordinar la puesta en escena de la dramaturgia-
-Presentar informes escritos-
Productos a entregar por los/as voluntarios/as: Por definir.

Compromisos de la organización

Alojamiento: No.

Alimentación: No.

Transporte: Sí (urbano y de conformidad con las tarifas del transporte público).

Seguimiento de la acción voluntaria: Sí y a cargo de un responsable destacado por la Corporación PAZIEMPRE en coordinación con Casa Dulima y ASVIDAS.

Evaluación de la acción voluntaria: Sí y a cargo de un responsable destacado por la Corporación PAZIEMPRE en coordinación con Casa Dulima y ASVIDAS.

Preinscripción

Los y las interesadas en participar como voluntarios deberán realizar una preinscripción. Una vez diligencien los datos solicitados, iniciará el proceso de selección de los y las voluntarios. A través de un mensaje de correo electrónico serán informados sobre el paso a seguir.

Enlace: preinscripción.

Problemáticas, resistencias y reivindicaciones en la educación superior en el marco del “aislamiento preventivo obligatorio”

María Daniela Campo Sánchez
Lic. en Lengua Castellana
Juan G. Bermúdez Sánchez
Mag. en Educación

Como respuesta al confinamiento preventivo y posterior estado de cuarentena en el país, las Instituciones de Educación Superior colombianas (IES) tomaron la determinación de dar un paso hacia la virtualización de sus procesos educativos. Esta definición inauguró una nueva reflexión sobre la educación, el papel de las instituciones educativas, su nivel de preparación para afrontar la nueva realidad y la justeza de las decisiones y orientaciones adoptadas por el Ministerio Nacional de Educación (MEN).

Los académicos, el profesorado y la estudiantina no fueron ajenos a esta conmoción. Variadas voces se pronunciaron frente a los vertiginosos cambios operados, subrayando las consecuencias y el nivel de aprestamiento de las instituciones educativas para asumir la virtualidad. Aunque estas reflexiones quedaron marginales, no contuvieron las situaciones que desnudó la incorporación de las herramientas tecnológicas digitales para el desarrollo de los procesos educativos.

Ante la necesidad de comprender este panorama, con la FEU-Colombia desarrollamos un esfuerzo colectivo. Alrededor de unos grupos focales, abonamos el terreno para logar una aproximación más detallada de las consecuencias desatadas por la virtualización de la educación, sus riesgos en el momento actual y los retos que impone en el presente a los estamentos universitarios. Como resultado de esta apuesta común, afloraron variadas reflexiones que –por medio del procesamiento riguroso de información– amalgama el presente escrito.

Los datos recolectados resultaron de tres (3) grupos focales, los cuales se llevaron a cabo el 23 y el 30 de mayo de 2020, así como el 6 de junio. Asimismo, cada uno correspondió con una temática singular. Por ejemplo, el primer grupo giró alrededor de las problemáticas derivadas de la virtualización de la educación superior, el segundo abordó la respuesta de los estamentos frente a este cambio, y el tercero se concentró en los retos que significaba para los estudiantes esta nueva situación. Por último, en los grupos participaron los integrantes de la dirección nacional de la FEU-Colombia, al igual que los coordinadores de las formas organizativas de la federación en las universidades.

Problemas derivados de la virtualización forzada de la educación superior

Gráfico 1. Problemas de la virtualización de la educación superior
Fuente: Corporación PAZIEMPRE con base en la información de los grupos focales.

La decisión gubernamental anunciada el 16 de marzo inauguró una situación excepcional para el desarrollo de las funciones misionales de las IES. La necesaria contención del virus llevó al gobierno a decretar un aislamiento social y, para el caso de la educación, suspender las actividades presenciales. Por esto, los procesos educativos en las diferentes instituciones escolares del país experimentaron un desbarajuste notable.

Para la fecha en cuestión, el semestre académico de un número considerable de IES estaba en curso. En otras, estos apenas estaban ad portas de iniciar. Los paros que se desarrollaron en diferentes instituciones el año inmediatamente anterior modificaron los calendarios e hicieron que arrancaran hacia finales de marzo o inicios de abril. A pesar de estas dos situaciones, las actividades de docencia, investigación y extensión transitaron de forma acelerada a la virtualidad. En otras palabras, la presencialidad cedió un lugar a un conjunto de relacionamientos virtuales en un abrir y cerrar de ojos.

La medida definida por el gobierno y desarrollada por el MEN constituyó una decisión macro-educativa capital en la virtualización de la educación. Si bien esto no garantizó las condiciones de acceso y permanencia necesarias para que los estudiantes se mantuvieran en las IES y gozaran de una educación de calidad, trazó una orientación adoptada e implementada por cada dirección universitaria (Consejos Superiores, Académicos y Directivos). De esta forma, la educación superior asistió a una virtualización arbitraria, porque no tuvo en cuenta la existencia de las condiciones mínimas para su puesta en marcha en cada institución.

Sin resistencia mayor, los rectores y cuerpos directivos de las IES desarrollaron unas estrategias micro-educativas para asegurar las condiciones de acceso y permanencia de los estudiantes. En este aspecto, algunas de las condiciones facilitadas por cada institución para seguir las clases virtuales, así como para asegurar la continuidad de los estudiantes, fueron insuficientes. Las ayudas en materia de conectividad terminaron siendo limitadas, al igual que los recursos tecnológicos. En suma, las estrategias “inventadas” por los rectores fueron unos paliativos, que pusieron en evidencia la imposibilidad de centenares de estudiantes para acceder al Internet y para contar con un recurso tecnológico acorde con las exigencias educativas.

A esto hay que sumarle un elemento adicional. La conectividad no está garantizada en todos los lugares del país, lo cual les impide a los estudiantes de la ruralidad un acceso a sus clases virtuales. Los costos de la conexión resultan elevados o –en el peor de los casos– imposibles para estas familias, debido a sus bajos ingresos que se minimizaron por la pandemia.
(…) muchas personas, y lo digo por experiencia, digamos de la Universidad del Cauca en que la mayoría de las personas son de zona rural desde los estudiantes y pues digamos no tienen un acceso a Internet, o las coberturas a Internet o a red telefónica, pues no pueden acceder a la educación.
El panorama con los recursos tecnológicos no es diferente. Los estudiantes, en una porción importante, no cuentan con las herramientas tecnológicas adecuadas para la actividad académica, tales como un computador o una tablet. A lo sumo, ellos cuentan con un teléfono móvil que no es una garantía plena para el estudio. Esto en razón a que la lectura y la escritura son difíciles con estas herramientas, así como la elaboración de otros productos académicos resultantes del uso de aplicaciones de edición, creación de planos, entre otros. En este sentido, los recursos tecnológicos han sido insuficientes en la marcha de las clases virtuales.

Estos factores han llevado a un inevitable desmejoramiento de los procesos educativos. Las condiciones en que se han adelantado los procesos de enseñanza han excluido a unos, en especial a quienes presentan límites o problemas con la conectividad y con sus herramientas tecnológicas y, en especial, con quienes tienen algún grado de analfabetismo tecnológico y digital. De esta manera, la educación ha dejado de ser para todos y en condiciones óptimas.

Igualmente, la transición abrupta a la virtualización condujo a enseñanzas y a aprendizajes improvisados. Los conocimientos limitados sobre las herramientas virtuales y sus potencialidades en la creación de ambientes virtuales de aprendizaje, impactó los procesos educativos a tal punto de despertar un descreimiento en los estudiantes sobre la viabilidad de esta modalidad. Por ende, la improvisación afectó la dinámica y los alcances de las actividades educativas.

Por último, el deterioro de la salud mental ha influido en el desmejoramiento de los procesos educativos. El constante estado de incertidumbre y las dificultades económicas, sociales y familiares, han hecho mella en el desempeño del estudiantado y el profesorado, llevándolos a estados de ansiedad y depresión que en algunos casos desemboca en una desmoralización e incluso en la toma de decisiones y acciones que afecten o pongan en riesgo su integridad. En estas condiciones, las actividades de enseñanza, de aprendizaje y las orientadas a la formación se han visto minadas por la virtualización arbitraria de la educación superior.

El resultado inevitable de esta situación avizoró un decrecimiento en el número de estudiantes matriculados en las IES. En perspectiva de ellos dos (2) factores justifican esto: la urgencia de satisfacer las necesidades materiales de primer orden, y la inconformidad con la virtualización de las clases o la “mediocridad” de los procesos de enseñanza. Aunque el grueso del estudiantado se reconoce como cliente, ya que pagó por un servicio; la disminución de sus ingresos personales o familiares los ha llevado a reconsiderar su permanencia en las instituciones, ya que no están en condiciones para asumir plenamente el servicio; y su malestar con el curso de los procesos educativos, en vez de llevarlos a alzar una voz de protesta, los ha conducido a un posible distanciamiento con las IES. Por esto, un decrecimiento de la matrícula es un coco que ronda a las instituciones para el próximo semestre.

La autonomía universitaria: otra afectada por la virtualización

Otro de los aspectos fundamentales para entender la problemática generada por la virtualización de la educación superior se expone en el siguiente esquema:

Gráfica 2. Virtualización de la educación, autonomía universitaria y populismo político regional
Fuente: Corporación PAZIEMPRE con base en la información de los grupos focales.

Como se puede evidenciar tres (3) factores influyeron en la virtualización de la educación superior. El primero de estos ha guardado relación con la necesidad de ampliar la cobertura en este nivel educativo. El segundo factor ha tenido que ver con la disminución de los costos de la oferta educativa, como una medida para aminorar la inversión estatal y gubernamental en educación. El tercero ha constituido una forma de asegurar el préstamo del servicio educativo. Si bien estos factores perfilaron la virtualización, el último fue el que predominó. La situación que vienen experimentando las IES en Colombia ubicó el uso de la virtualidad como un salvavidas en un contexto desfavorable para el préstamo de un derecho que se ha convertido en un servicio.

En este afán, la autonomía universitaria ha sufrido un golpe más. El desconocimiento de las comunidades universitarias sobre los límites y alcances de la virtualización ha sido una muestra fehaciente al respecto. Incluso, la discusión hermética y concentrada en los organismos de dirección universitaria sin participación significativa redujo el ejercicio de la autonomía a lo que en dichas instancias se definiera. Por lo tanto, la discusión desde los departamentos, los comités curriculares, los consejos de facultad, los consejos estudiantiles y otros organismos de los estamentos universitarios fue desplazada y solapada por la prominencia de los rectores, los consejos superiores y los consejos académicos.

Asimismo, la transición en cuestión proyectó el protagonismo de los mandatarios a nivel local y departamental. En una suerte de populismo, ellos intervinieron ante la difícil situación por la que ha atravesado el estudiantado con opciones asistencialistas. Esto en perspectiva de mantener las clientelas y de ganar nuevos simpatizantes para su gestión y posterior apuesta electoral o la de otro. Por ende, su intervención no fue estructural, sino paliativa y con un marcado sesgo político.

Resistencia limitada contra la virtualización

Gráfica 3. Factores en contra de una resistencia a la virtualización
Fuente: Corporación PAZIEMPRE con base en la información de los grupos focales.

Algo innegable en el marco de la transición abrupta a la virtualización de la educación superior ha sido la resistencia ejercida por los estamentos estudiantiles y profesorales en las IES del país. Infortunadamente, esta resultó infructuosa debido a cuatro (4) factores: unas formas de acción limitadas, una dispersión de la fuerza y de la acción colectiva, un control y una presión por parte de las directivas, y un dominio parcial de los recursos digitales.

La estudiantina y el profesorado no guardaron silencio frente a la necesaria discusión que merecía la virtualización de la educación. Con escritos de diferente índole, solicitudes, exigencias y actos simbólicos, ellos procuraron ejercer algún tipo de presión sobre la puesta en marcha de las determinaciones inconsultas de las directivas universitarias en las IES. El punto es que estas acciones fueron insuficientes, porque no trascendieron del plano discursivo-retorico; es decir, no lograron desatar una fuerza social que incidiera en los organismos universitarios encargados de tomar las decisiones correspondientes.

Esto se complementó con la ausencia de estudiantes y profesores opositores en los consejos de cada IES. La inexistencia de su voz en dichos espacios dificultó que la resistencia pusiera las discusiones del caso en cada institución o incidiera en las estrategias orientadas a garantizar el acceso y la permanencia de la estudiantina. En definitiva, esta limitante fue el residuo de la fragmentación parcial o total que floreció en luchas anteriores y que ha matizado en el comportamiento presente de la acción colectiva.

En este marco, la dispersión de la fuerza y de la acción fue otro factor influyente en la no consolidación de una resistencia a la virtualización. Esta debilidad estuvo justificada por la dispersión y el encierro al que se le sometió. En el caso de la estudiantina, una parte de sus líderes y liderezas les tocó retornar a sus territorios de origen donde no cuentan con conectividad total y/o con condiciones tecnológicas para la acción. Para los que se quedaron en las urbes, las condiciones del confinamiento los llevaron a explorar el ciberactivismos desde cero. Por consiguiente, el acumulado de experiencia logrado y los procedimientos acumulados de años anteriores fueron minados a tal punto de presentar dificultades en cómo desarrollar la oposición a la virtualización.

En una dirección similar, el control y la presión de las direcciones universitarias limitaron el accionar del estamento profesoral y, con esto, la configuración de una resistencia. Los docentes catedráticos opositores a la virtualización se vieron entre la espada y la pared por sus condiciones de contratación. En un momento en que la estabilidad laborar ha estado en juego, el silencio terminó siendo el principal aliado de las medidas tomadas: ellos no pueden darse el lujo de perder la única o principal fuente de ingresos en medio de un aislamiento prolongado. Por esto, la resistencia languideció, ya que solo contó con una parte de la generación de profesores de tiempo completo, la cual no es mayúscula en las IES colombianas.

Esto último tiene sentido porque los docentes de planta, quienes son los más veteranos, no contaban con dominio pleno de los recursos digitales. Su oposición a la virtualización reposó en su distancia frente al uso de estas herramientas, es decir porque no estaban totalmente preparados para propiciar unos entornos de aprendizajes virtuales. No obstante, el curso de los acontecimientos lo llevó a asumir esta situación, a mermar su activismo en contra de la virtualización y, finalmente, a acomodarse a las condiciones impuestas. De esta forma, la resistencia que pudieron expresar se diluyó a lo largo de los meses.

Retos y apuestas para el corto y mediano plazo

Desde el ángulo de los estudiantes, la resistencia a la virtualización de la educación superior pasa por insistir en una reivindicación crucial: la financiación de la oferta educativa. En estos momentos, el acceso a la conectividad y a los recursos tecnológicos son determinantes en el proceso educativo. Así que una oferta educativa que no los contemple será una oferta limitada, en tanto impedirá la realización plena del derecho a la educación.

Sin embargo, el acceso a la conectividad y a los recursos tecnológicos no es una garantía de procesos educativos enmarcados dentro de la excelencia académica. Estos contribuyen a su logro, pero no la aseguran, ya que intervienen otros factores. Entre estos el relacionado con la necesaria cualificación docente en el manejo de los recursos digitales y en la creación de ambientes virtuales de aprendizaje. En este sentido, la excelencia académica en el marco de la virtualización de la educación superior se perfila como parte del debate educativo y es posible subsanarlo a través de una partida presupuestal orientada hacia tal fin.

Las afectaciones a la autonomía universitaria ponen de relieve la necesidad de pensar su realización en el momento actual, así como en un escenario de virtualización de los procesos educativos e institucionales en las IES. La experiencia desarrollada en materia de dirección de las instituciones introducirá nuevas formas de conducir las IES y, con esto, de participación e incidencia. Esto puede ir en detrimento de la autonomía o abocar su concentración absoluta en los organismos de dirección central (consejos superiores y académicos). Así la noción de comunidad académica se desdibujará aún más y se perderá una de las marcas distintivas de la universidad moderna y latinoamericana.

Hasta el momento no está absolutamente claro cómo enfrentar las afrentas contra la educación superior colombiana. La experiencia forjada por la resistencia y, en especial, por la estudiantina es limitada y en construcción. Sin embargo, su determinación ha sido sobresaliente desde el momento en que fue definido el “Aislamiento Preventivo Obligatorio”. Independiente de las condiciones adversas, las y los estudiantes han estado en pie de lucha y son sector social decisivo en la resistencia contra las medidas gubernamentales, así como en la disputa por una nueva educación superior en Colombia.

Líderes sociales del Tolima en la mira. Las acciones en su contra durante 2017 y 2018

Olga Lucia Montañez Rojas
Politóloga
Juan G. Bermúdez Sánchez
Lic. en Lengua Castellana

Introducción

Los líderes sociales en Colombia están en la mira. Diecisiete (17) han sido asesinados durante enero y parte de febrero del presente año, mientras otros –quienes lideran procesos sociales a lo largo y ancho del país– han sido amenazados. En el Tolima, el número de casos no es menos importante, porque los líderes han experimentado algún tipo de peligro. A través de la presente aproximación analítica, esto fue corroborado: los líderes sociales del departamento han estado en la mira. Con un seguimiento a las acciones dirigidas contra su labor en 2017 y 2018 fue revelado el riesgo que han atravesado.

Metodología

El presente informe fue elaborado desde una perspectiva analítico-descriptiva. Su soporte reposa en un corpus de referencias primarias y secundarias, el cual lo constituyeron trece (13) notas de prensa de medios informativos reconocidos a nivel regional y nacional, así como tres (3) denuncias ante la Fiscalía General de la Nación, una (1) denuncia pública y un (1) informe especial del sitio web La paz en el terreno. Estos textos fueron sometidos a una selección de información relevante por medio de una matriz para el análisis documental. Así, este trabajo identificó, clasificó y caracterizó las acciones que pusieron en riesgo a los líderes sociales en el departamento entre enero de 2017 y diciembre de 2018.

Resultados y análisis

El Tolima: un breve contexto

El Tolima es uno de los 32 departamentos de Colombia y está ubicado al centro-oeste del país, a un par de horas de Bogotá. El departamento está enclavado entre la cordillera central y la oriental, y se encuentra bañado por el río Magdalena, que lo recorre de sur a norte. Esto supone que una porción de su territorio es montañosa, mientras la otra es plana, que corresponde a los valles de los ríos Magdalena y Saldaña. Entre toda esta geografía hay 47 municipios, los cuales constituyen el Tolima, siendo Ibagué su capital.

En el departamento ha predominado la actividad agrícola y pecuaria. La fertilidad de sus tierras, tanto la de las laderas montañosas como las de sus planicies, permitió el cultivo de productos de pan coger, así como plantaciones de plátano y monocultivos de café, algodón, arroz, sorgo, y otros. Junto a esta actividad económica, el Tolima experimentó un intento frustrado de industrialización. Las empresas textiles que florecieron en la década del 80 sucumbieron ante la apertura económica y la invasión de mercancías producidas a bajos costos. De forma tardía, esto ocurrió con algunas trilladoras de café y con los molinos de arroz: cerraron a causa de la competencia impuesta por las importaciones. Pese a esto, las economías de servicios se encuentran a lo largo y ancho del departamento, las cuales dependen, en su mayoría, de capitales extranjeros.

Desde mediados del siglo XX, el abandono del Estado ha sido una marca para quienes han habitado el área rural del departamento. Esta situación ha justificado una movilización permanente del campesinado y los indígenas ubicados en el Tolima hasta el presente.
Los campesinos del Tolima se movilizan desde los años 50, primero por el acceso a la tierra y la parcelación de la hacienda improductiva; luego, aunque aún no tenían la propiedad de la tierra, por la construcción de carreteras, insumos agrícolas y el apoyo a cadenas de comercialización. En 1993, por la caída de los precios internacionales del café que obedecían a la apertura económica; en 1998, nuevamente por la propiedad de la tierra que se perdía en los embargos masivos de tierras. Luego fue un periodo de protesta que pedía el fin de la guerra, el cese de las capturas masivas, la seguridad humana. En el 2013 volvieron a ser las protestas por los precios de sustentabilidad para la producción cafetera, por apoyos técnicos y por subsidio a los insumos agrícolas, todo en la preparación de la competencia agrícola con el Tratado de Libre Comercio (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD, 2015, p. 20).
De esta forma, los campesinos, los indígenas y los sectores sociales propios de las áreas rurales del Tolima se han convertido en protagonistas de la vida social. La ausencia de garantías para la producción agrícola y la actividad pecuaria, así como para vivir en el campo, ha sido la principal causa de las protestas sociales en el departamento (AEP, 2013).

En este marco, los ambientalistas han sido otro actor protagónico de la protesta. Con motivo al proyecto minero “La Colosa” de Cajamarca, se levantó un movimiento en contra de la minería y por la defensa del agua. Simultáneamente, grupos importantes de campesinos expresaron su rechazo contra diferentes proyectos hidroeléctricos en el sur del Tolima. Todo estuvo matizado por una fuerte persecución, estigmatización, encarcelamiento, y asesinato de varios líderes sociales quienes fueron acusados de colaborar con las antiguas FARC-EP.

La acciones contra los líderes sociales en el Tolima

Durante 2017 y 2018, cuarenta (40) acciones pusieron en riesgo a los líderes sociales en el Tolima. Estas recayeron en treinta y seis (36) víctimas, de las cuales dos (2) fueron objeto de más de una acción en su contra: mientras una fue amenazada de muerte una (1) vez, y en tres (3) oportunidades denunció seguimientos; otra fue amenazada dos (2) veces. De la totalidad de las acciones, el 75% fueron dirigidas contra hombres y el 25% contra mujeres.

De estos dos (2) años, 2017 fue el de mayor riesgo por el número de actuaciones contra los líderes sociales. A lo largo de sus doce meses, ellos fueron objeto de veinticuatro (24) actuaciones en su contra, entre las cuales predominaron las amenazas. En 2018, este número disminuyó a dieciséis (16) acciones. Sin embargo, sólo diez (10) de estas fueron amenazas. Las seis (6) restantes constituyeron otro tipo actuación contra su labor, como lo muestra la tabla N° 1.

Tabla N° 1. Tipo y número de acciones perpetradas contra los líderes sociales entre 2017 y 2018
Fuente: Corporación PAZIEMPRE.

Aunque el homicidio, el atentado y los seguimientos señalados por la tabla N° 1 en 2018 parecen acciones marginales, son significativas respecto a 2017. En ese año fueron asesinados dos (2) líderes y no fueron registrados otro tipo de acciones diferentes a las amenazas. Por lo tanto, las actuaciones en 2018 adquirieron otro carácter así hayan disminuido, porque fueron más allá de las amenazas.

De los dos (2) años en cuestión, el mayor registro de acciones contra los líderes coincide con los periodos post-electorales. Enero de 2017 y el tercer trimestre de 2018 constituyen dos ejemplos notables. El primer mes de 2017 clasifica dentro del trimestre posterior al plebiscito realizado en octubre del mismo año. Mientras tanto, los meses de julio, agosto y septiembre de 2018 están dentro del período posterior a la segunda vuelta presidencial en la que resultó elector Iván Duque. En este sentido, los momentos de mayor riesgo para la integridad de los líderes fueron los posteriores a algún tipo de episodio electoral, porque se ubicaron o fueron ubicados en alguna orilla de la contienda política en dichos períodos.

Las acciones registradas en septiembre de 2018 podrían controvertir esto. Sus causales son de otra índole, porque guardan relación con conflictos socio-ambientales. Sin embargo, las siete (7) amenazas de ese mes no sólo comprometieron a activistas ambientales, como lo muestra la tabla N° 2. La simpatía política de ellos estuvo alrededor del candidato presidencial de la oposición. Por esto, las actuaciones contra su vida se enmarcaron dentro de la polarización experimentada en el país con ocasión a la contienda electoral de mediados de 2018.

Tabla N° 2. Acciones contra los líderes sociales según su rol durante 2017 y 2018
Fuente: Corporación PAZIEMPRE.

En atención a la tabla N° 2, el mayor número de acciones fueron dirigidas contra los líderes campesinos, los ambientalistas, los líderes de agrupaciones de izquierda y los líderes indígenas. Las problemáticas alrededor de la tenencia y el acceso a la tierra, y el rescate de la economía campesina y ancestral en el departamento justificaron liderazgos propios del campesinado y los indígenas. Además, la oposición reciente a la puesta en marcha de proyectos hidroeléctricos y mineros alimentó el liderazgo de varios pobladores en diferentes municipios del Tolima. Por esto, el 70% de las acciones fueron enfocadas en esos liderazgos.

El 15% de actuaciones contra líderes políticos de izquierda merece atención, porque comprometió a quienes se adhirieron a movimientos o partidos políticos surgidos recientemente. El blanco de estas acciones estuvo dirigido a los líderes de la Marcha Patriótica (cinco [5] en los dos años), a los de la UP, y a los del partido PARC (dos [2] en el último año). Lo destacable es que las victimas no fueron de vieja data en dichas agrupaciones, sino relativamente jóvenes y provenientes de organizaciones y sectores sociales dinámicos entre 2007 y 2016.

Tabla N° 3. Responsables de las acciones contra los líderes sociales
Fuente: Corporación PAZIEMPRE.

Según la tabla N° 3, los principales responsables de las actuaciones contra los líderes sociales son tres (3) grupos continuadores o herederos del paramilitarismo: Águilas Negras, Rastrojos y AGT. En 2017, ellos fueron los causantes de las principales acciones contra su integridad. Quienes los secundan como perturbadores del activismo social son los actores no identificados, que adquirieron prominencia en 2018, porque fueron responsables de gran parte de las acciones cometidas contra los líderes junto a las Águilas Negras.

Conclusiones

El amedrentamiento vía amenaza fue la actuación más recurrente contra los líderes sociales en el Tolima en 2017 y 2018. Los que están ubicados en la ruralidad del departamento y ejercen estos liderazgos, son quienes más obstáculos experimentaron en desarrollo de su activismo. Su vínculo con el campo y su oposición a la explotación de los recursos naturales los ubicó en el marco de una resistencia a las tendencias oficiales en materia de desarrollo económico. Incluso, su simpatía con opciones políticas de oposición los afianzó como potenciales opositores al ordenamiento existente. De esta forma, los liderazgos rurales adquirieron relevancia en el Tolima y, con esto, entraron en contradicción con otros intereses. En este marco, los grupos herederos del paramilitarismo constituyeron la principal amenaza contra los líderes del departamento.

Referencias

Agencia Estudiantil de Prensa, AEP. (2013). Somos poder, poder constituyente. https://issuu.com/agesdepren/docs/somos_poder__poder_constituyente__1

La paz en el terreno. (s.f.). Lideres asesinados documentados desde la firma del acuerdo. https://www.lapazenelterreno.com

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD. (2015). Tolima: Análisis de conflictividades y construcción de paz. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD.