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Líderes sociales del Tolima en la mira. Las acciones en su contra durante 2017 y 2018

Olga Lucia Montañez Rojas
Politóloga
Juan G. Bermúdez Sánchez
Lic. en Lengua Castellana

Introducción

Los líderes sociales en Colombia están en la mira. Diecisiete (17) han sido asesinados durante enero y parte de febrero del presente año, mientras otros –quienes lideran procesos sociales a lo largo y ancho del país– han sido amenazados. En el Tolima, el número de casos no es menos importante, porque los líderes han experimentado algún tipo de peligro. A través de la presente aproximación analítica, esto fue corroborado: los líderes sociales del departamento han estado en la mira. Con un seguimiento a las acciones dirigidas contra su labor en 2017 y 2018 fue revelado el riesgo que han atravesado.

Metodología

El presente informe fue elaborado desde una perspectiva analítico-descriptiva. Su soporte reposa en un corpus de referencias primarias y secundarias, el cual lo constituyeron trece (13) notas de prensa de medios informativos reconocidos a nivel regional y nacional, así como tres (3) denuncias ante la Fiscalía General de la Nación, una (1) denuncia pública y un (1) informe especial del sitio web La paz en el terreno. Estos textos fueron sometidos a una selección de información relevante por medio de una matriz para el análisis documental. Así, este trabajo identificó, clasificó y caracterizó las acciones que pusieron en riesgo a los líderes sociales en el departamento entre enero de 2017 y diciembre de 2018.

Resultados y análisis

El Tolima: un breve contexto

El Tolima es uno de los 32 departamentos de Colombia y está ubicado al centro-oeste del país, a un par de horas de Bogotá. El departamento está enclavado entre la cordillera central y la oriental, y se encuentra bañado por el río Magdalena, que lo recorre de sur a norte. Esto supone que una porción de su territorio es montañosa, mientras la otra es plana, que corresponde a los valles de los ríos Magdalena y Saldaña. Entre toda esta geografía hay 47 municipios, los cuales constituyen el Tolima, siendo Ibagué su capital.

En el departamento ha predominado la actividad agrícola y pecuaria. La fertilidad de sus tierras, tanto la de las laderas montañosas como las de sus planicies, permitió el cultivo de productos de pan coger, así como plantaciones de plátano y monocultivos de café, algodón, arroz, sorgo, y otros. Junto a esta actividad económica, el Tolima experimentó un intento frustrado de industrialización. Las empresas textiles que florecieron en la década del 80 sucumbieron ante la apertura económica y la invasión de mercancías producidas a bajos costos. De forma tardía, esto ocurrió con algunas trilladoras de café y con los molinos de arroz: cerraron a causa de la competencia impuesta por las importaciones. Pese a esto, las economías de servicios se encuentran a lo largo y ancho del departamento, las cuales dependen, en su mayoría, de capitales extranjeros.

Desde mediados del siglo XX, el abandono del Estado ha sido una marca para quienes han habitado el área rural del departamento. Esta situación ha justificado una movilización permanente del campesinado y los indígenas ubicados en el Tolima hasta el presente.
Los campesinos del Tolima se movilizan desde los años 50, primero por el acceso a la tierra y la parcelación de la hacienda improductiva; luego, aunque aún no tenían la propiedad de la tierra, por la construcción de carreteras, insumos agrícolas y el apoyo a cadenas de comercialización. En 1993, por la caída de los precios internacionales del café que obedecían a la apertura económica; en 1998, nuevamente por la propiedad de la tierra que se perdía en los embargos masivos de tierras. Luego fue un periodo de protesta que pedía el fin de la guerra, el cese de las capturas masivas, la seguridad humana. En el 2013 volvieron a ser las protestas por los precios de sustentabilidad para la producción cafetera, por apoyos técnicos y por subsidio a los insumos agrícolas, todo en la preparación de la competencia agrícola con el Tratado de Libre Comercio (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD, 2015, p. 20).
De esta forma, los campesinos, los indígenas y los sectores sociales propios de las áreas rurales del Tolima se han convertido en protagonistas de la vida social. La ausencia de garantías para la producción agrícola y la actividad pecuaria, así como para vivir en el campo, ha sido la principal causa de las protestas sociales en el departamento (AEP, 2013).

En este marco, los ambientalistas han sido otro actor protagónico de la protesta. Con motivo al proyecto minero “La Colosa” de Cajamarca, se levantó un movimiento en contra de la minería y por la defensa del agua. Simultáneamente, grupos importantes de campesinos expresaron su rechazo contra diferentes proyectos hidroeléctricos en el sur del Tolima. Todo estuvo matizado por una fuerte persecución, estigmatización, encarcelamiento, y asesinato de varios líderes sociales quienes fueron acusados de colaborar con las antiguas FARC-EP.

La acciones contra los líderes sociales en el Tolima

Durante 2017 y 2018, cuarenta (40) acciones pusieron en riesgo a los líderes sociales en el Tolima. Estas recayeron en treinta y seis (36) víctimas, de las cuales dos (2) fueron objeto de más de una acción en su contra: mientras una fue amenazada de muerte una (1) vez, y en tres (3) oportunidades denunció seguimientos; otra fue amenazada dos (2) veces. De la totalidad de las acciones, el 75% fueron dirigidas contra hombres y el 25% contra mujeres.

De estos dos (2) años, 2017 fue el de mayor riesgo por el número de actuaciones contra los líderes sociales. A lo largo de sus doce meses, ellos fueron objeto de veinticuatro (24) actuaciones en su contra, entre las cuales predominaron las amenazas. En 2018, este número disminuyó a dieciséis (16) acciones. Sin embargo, sólo diez (10) de estas fueron amenazas. Las seis (6) restantes constituyeron otro tipo actuación contra su labor, como lo muestra la tabla N° 1.

Tabla N° 1. Tipo y número de acciones perpetradas contra los líderes sociales entre 2017 y 2018
Fuente: Corporación PAZIEMPRE.

Aunque el homicidio, el atentado y los seguimientos señalados por la tabla N° 1 en 2018 parecen acciones marginales, son significativas respecto a 2017. En ese año fueron asesinados dos (2) líderes y no fueron registrados otro tipo de acciones diferentes a las amenazas. Por lo tanto, las actuaciones en 2018 adquirieron otro carácter así hayan disminuido, porque fueron más allá de las amenazas.

De los dos (2) años en cuestión, el mayor registro de acciones contra los líderes coincide con los periodos post-electorales. Enero de 2017 y el tercer trimestre de 2018 constituyen dos ejemplos notables. El primer mes de 2017 clasifica dentro del trimestre posterior al plebiscito realizado en octubre del mismo año. Mientras tanto, los meses de julio, agosto y septiembre de 2018 están dentro del período posterior a la segunda vuelta presidencial en la que resultó elector Iván Duque. En este sentido, los momentos de mayor riesgo para la integridad de los líderes fueron los posteriores a algún tipo de episodio electoral, porque se ubicaron o fueron ubicados en alguna orilla de la contienda política en dichos períodos.

Las acciones registradas en septiembre de 2018 podrían controvertir esto. Sus causales son de otra índole, porque guardan relación con conflictos socio-ambientales. Sin embargo, las siete (7) amenazas de ese mes no sólo comprometieron a activistas ambientales, como lo muestra la tabla N° 2. La simpatía política de ellos estuvo alrededor del candidato presidencial de la oposición. Por esto, las actuaciones contra su vida se enmarcaron dentro de la polarización experimentada en el país con ocasión a la contienda electoral de mediados de 2018.

Tabla N° 2. Acciones contra los líderes sociales según su rol durante 2017 y 2018
Fuente: Corporación PAZIEMPRE.

En atención a la tabla N° 2, el mayor número de acciones fueron dirigidas contra los líderes campesinos, los ambientalistas, los líderes de agrupaciones de izquierda y los líderes indígenas. Las problemáticas alrededor de la tenencia y el acceso a la tierra, y el rescate de la economía campesina y ancestral en el departamento justificaron liderazgos propios del campesinado y los indígenas. Además, la oposición reciente a la puesta en marcha de proyectos hidroeléctricos y mineros alimentó el liderazgo de varios pobladores en diferentes municipios del Tolima. Por esto, el 70% de las acciones fueron enfocadas en esos liderazgos.

El 15% de actuaciones contra líderes políticos de izquierda merece atención, porque comprometió a quienes se adhirieron a movimientos o partidos políticos surgidos recientemente. El blanco de estas acciones estuvo dirigido a los líderes de la Marcha Patriótica (cinco [5] en los dos años), a los de la UP, y a los del partido PARC (dos [2] en el último año). Lo destacable es que las victimas no fueron de vieja data en dichas agrupaciones, sino relativamente jóvenes y provenientes de organizaciones y sectores sociales dinámicos entre 2007 y 2016.

Tabla N° 3. Responsables de las acciones contra los líderes sociales
Fuente: Corporación PAZIEMPRE.

Según la tabla N° 3, los principales responsables de las actuaciones contra los líderes sociales son tres (3) grupos continuadores o herederos del paramilitarismo: Águilas Negras, Rastrojos y AGT. En 2017, ellos fueron los causantes de las principales acciones contra su integridad. Quienes los secundan como perturbadores del activismo social son los actores no identificados, que adquirieron prominencia en 2018, porque fueron responsables de gran parte de las acciones cometidas contra los líderes junto a las Águilas Negras.

Conclusiones

El amedrentamiento vía amenaza fue la actuación más recurrente contra los líderes sociales en el Tolima en 2017 y 2018. Los que están ubicados en la ruralidad del departamento y ejercen estos liderazgos, son quienes más obstáculos experimentaron en desarrollo de su activismo. Su vínculo con el campo y su oposición a la explotación de los recursos naturales los ubicó en el marco de una resistencia a las tendencias oficiales en materia de desarrollo económico. Incluso, su simpatía con opciones políticas de oposición los afianzó como potenciales opositores al ordenamiento existente. De esta forma, los liderazgos rurales adquirieron relevancia en el Tolima y, con esto, entraron en contradicción con otros intereses. En este marco, los grupos herederos del paramilitarismo constituyeron la principal amenaza contra los líderes del departamento.

Referencias

Agencia Estudiantil de Prensa, AEP. (2013). Somos poder, poder constituyente. https://issuu.com/agesdepren/docs/somos_poder__poder_constituyente__1

La paz en el terreno. (s.f.). Lideres asesinados documentados desde la firma del acuerdo. https://www.lapazenelterreno.com

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD. (2015). Tolima: Análisis de conflictividades y construcción de paz. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD.